Adoptar una buena postura
Un consejo que va especialmente dirigido a las personas que trabajan delante del ordenador toda la jornada. Hay que tener la mesa a la altura correcta, usar reposamuñecas y elegir una buena silla ergonómica.
Moverse. Todo es cuestión de equilibrio
Un exceso de actividad deportiva puede dañar las articulaciones, pero la inactividad puede «oxidarlas», anquilosarlas. Correr, que está muy de moda últimamente, no está especialmente indicado en caso de rodillas frágiles o de sobrepeso, pero la marcha rápida, con zapatillas adecuadas y sobre terreo blando sí es muy beneficiosa. La natación también y, en general, las artes marciales «suaves» como el Tai Chi o el pilates o el yoga, que trabajan las posturas y la musculación en profundidad.
Beber agua
Hidratarse bien es importante para los músculos, que son los mejores aliados de las articulaciones. De hecho, la articulación sufre cuando el músculo falla. Hay que beber al menos 1,5 litros al día, y más cuando hace mucho calor o se realiza una actividad deportiva.
Corregir la bóveda plantar
A veces, no llevar un calzado adecuado o no corregir un fallo de longitud entre las dos piernas provoca un desequilibrio que, a largo plazo, resulta perjudicial para las articulaciones de la cadera y de las rodillas. Acudir a una consulta de podología puede prevenir muchas molestias.
Vigilar el peso
Mantener un IMC entre 20 y 25 es algo determinante para prevenir la degradación natural de los cartílagos. El sobrepeso es una de las primeras causas de deterioro de las articulaciones. Si tienes problemas de sobrepeso, no dudes en acudir a un nutricionista.
Complementos alimenticios
Algunos complementos alimenticios, que contienen activos como harpagofito que ayuda a mantener la flexibilidad de las articulaciones y de los tendones, pueden resultar interesantes. El sauce contribuye a mantener los músculos y las articulaciones en buen estado.
Suplementos de vitaminas C y D
La vitamina C contribuye a la formación normal de colágeno, esencial para los cartílagos y los huesos, y la vitamina D contribuye a la absorción y utilización normal del calcio y del fósforo.
Comer pescados grasos
Nos referimos a los pescados grasos con un alto contenido en omega 3. Los más interesantes son la caballa, el arenque, la sardina o el salmón, preparados escalfados, al vapor o en marinada para no destruir el omega 3. Otra opción es tomar cápsulas de aceites de pescado o de ácidos grasos de origen vegetal.