Tisana, decocción, infusión, ¿qué diferencias hay?
Si piensas que todos esos nombres hacen referencia a la misma bebida, ¡tienes que saber que no es así!
Nada más lejos de la realidad. Con el término «tisana» se engloban las preparaciones acuosas para beber que están hechas a base de plantas. La infusión consiste en sumergir la planta -o la bolsita- en agua hirviendo. La decocción, por su parte, consiste en hervir la planta durante unos minutos para extraer más principios activos. Hay que tener en cuenta, no obstante, que algunas plantas no soportan el calor durante mucho tiempo y que pueden perder sus propiedades, que es el efecto contrario al deseado. Es el caso, por ejemplo, de la reina de los prados. También se puede mezclar una decocción con una infusión en un mismo termo.
Nada más lejos de la realidad. Con el término «tisana» se engloban las preparaciones acuosas para beber que están hechas a base de plantas. La infusión consiste en sumergir la planta -o la bolsita- en agua hirviendo. La decocción, por su parte, consiste en hervir la planta durante unos minutos para extraer más principios activos. Hay que tener en cuenta, no obstante, que algunas plantas no soportan el calor durante mucho tiempo y que pueden perder sus propiedades, que es el efecto contrario al deseado. Es el caso, por ejemplo, de la reina de los prados. También se puede mezclar una decocción con una infusión en un mismo termo.
No hace falta beber litros y litros para que hagan efecto
Para notar los beneficios basta con tomar unas tazas. La calidad de las plantas con las que se hagan las tisanas es tan importante como la cantidad.
Mejor que por la noche, algunas tisanas hay que tomarlas antes de las 16:00 h
Sí, es verdad que una tisana por la noche puede ser muy reconfortante. Pero hay que tener cuidado con las tisanas con efecto drenante ya que puedes tener que levantarte por la noche si bebes demasiado antes de acostarte. Una tisana puede ser el sustituto perfecto para el café de media mañana, por ejemplo.
Una tisana reconforta
Es un efecto totalmente psicológico, pero no por ello menos real. Simplemente al pensar en una tisana, ya te acuerdas de las bonitas tardes de antes, de la manzanilla que te hacía tu abuela para dormir mejor, del ruido de las cigarras en verano o del fuego de la chimenea en invierno. Tomarse una tisana es sinónimo de volver a centrarse, de hacer una pausa y de no pensar en nada más durante unos minutos.
En función de la afección, una infusión bien elegida puede ser de una gran eficacia para nuestro bienestar
Los efectos relajantes de la manzanilla o las propiedades digestivas de la regaliz son de sobra conocidos, por ejemplo. Aunque no hace falta decir que ante la duda siempre hay que consultar con el médico.
Están especialmente recomendadas para las personas a las que no les gusta beber agua
¡Una gran alternativa no calórica a refrescos y zumos!